Telemetría para tu APR: ¿Cuánto se pierde sin telemetría y cuánto puedes ahorrar?
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Descubre cómo la telemetría optimiza la gestión del agua en comunidades rurales, mejorando la seguridad, reduciendo costos y fortaleciendo la relación con el entorno.
Telemetría la clave para optimizar la gestión de recursos hídricos en zonas rurales
La gestión eficiente de los recursos hídricos en zonas rurales, especialmente en países como Chile, ha sido un desafío constante para organizaciones como las APR, encargadas de suministrar agua potable a comunidades aisladas. La introducción de tecnologías como la telemetría ha transformado la forma en que estas organizaciones monitorean y mantienen sus redes de distribución, pozos y equipos, permitiendo una supervisión en tiempo real y una automatización que reduce la intervención manual. La telemetría, en combinación con la sensorización de las redes de agua, pozos y bombas de impulsión, ha demostrado ser clave para reducir costos operativos, extender la vida útil de los equipos y optimizar los recursos humanos. A medida que más sensores se incorporan en la red, los beneficios se multiplican: se minimizan las pérdidas de agua, se reducen las averías y se mejora la capacidad de respuesta a problemas antes de que se conviertan en emergencias. Esto no solo repercute en el ahorro financiero, sino también en la seguridad y el bienestar de las comunidades a las que las APR brindan servicio.
Este blog tiene como objetivo analizar cuantitativamente el impacto de la sensorización progresiva en las operaciones de gestión hídrica. Desde el uso de sensores en pozos y copas de agua, hasta la automatización de bombas y la reducción del desgaste de vehículos, exploraremos cómo la tecnología está revolucionando este sector crítico y los beneficios tangibles que aporta en términos de eficiencia operativa y costos. A través de ejemplos concretos, demostraremos cómo la telemetría no solo prolonga la vida útil de los equipos, sino que también reduce significativamente las intervenciones manuales, optimiza el tiempo de los operadores y mejora la sostenibilidad a largo plazo.
En sistemas no sensorizados, los costos operativos tienden a ser más elevados debido a la falta de un monitoreo en tiempo real. Las inspecciones manuales y los mantenimientos correctivos inesperados representan un gasto considerable. Se estima que las organizaciones que no utilizan telemetría deben destinar alrededor de un 30% más de su presupuesto anual a la operación y el mantenimiento correctivo, ya que los problemas solo se detectan cuando ya han causado un daño significativo. Además, el monitoreo manual requiere una mayor intervención humana, lo que incrementa los costos de desplazamiento, horas de trabajo y reparaciones emergentes.
Durabilidad de Equipos y Reducción de Costos Operativos
La incorporación de telemetría en la gestión de redes hídricas ha permitido optimizar significativamente el uso de equipos como bombas de impulsión y redes de distribución. En especial, esta tecnología se ha convertido en una solución clave para organizaciones como las APR, que se encargan de abastecer de agua potable a las zonas rurales de Chile. Al automatizar el monitoreo de la red y los equipos, la telemetría contribuye a una operación más eficiente y a la extensión de la vida útil de los equipos, reduciendo costos de mantenimiento y prolongando el funcionamiento de los sistemas hídricos.
Duración de las bombas de impulsión sin telemetría: En un sistema tradicional sin telemetría, las bombas de impulsión, responsables de extraer y mover el agua a través de la red, tienen una vida útil limitada. El encendido y apagado manual de estos equipos, muchas veces realizado varias veces al día, somete a la maquinaria a un desgaste constante. En promedio, estas bombas duran unos 5 años, pero requieren reparaciones importantes cada 3 años debido a fallas inesperadas, especialmente en las zonas rurales donde los operadores no siempre pueden intervenir de manera inmediata. Este tipo de fallas es común en las redes administradas por APR en Chile, que aún dependen en gran medida de la intervención manual de sus operadores. La falta de un monitoreo en tiempo real hace que las averías no se detecten a tiempo, lo que incrementa la presión sobre las bombas, resultando en mayores costos operativos y una disminución en su eficiencia.
Duración de las bombas con telemetría: Por otro lado, la implementación de sistemas de telemetría y sensorización permite automatizar y monitorear el funcionamiento de las bombas. Con la telemetría, el encendido y apagado de las bombas se ajusta automáticamente de acuerdo con el nivel de agua en las copas y pozos, optimizando el uso del equipo y reduciendo su desgaste. Esto se traduce en una extensión significativa de la vida útil de las bombas, que pueden durar hasta 8 años sin necesidad de reparaciones mayores, lo que representa un incremento del 60% en su durabilidad. En las zonas rurales donde operan las APR, la telemetría resulta especialmente valiosa, ya que permite a los operadores monitorear y controlar las bombas a distancia. Esto es crucial en áreas de difícil acceso donde las revisiones manuales son complejas y costosas. La posibilidad de detectar problemas de presión o flujo en tiempo real, a través de sensores conectados, permite intervenir de manera preventiva, evitando fallas catastróficas que podrían dejar sin agua a comunidades rurales durante días o semanas.
Este gráfico muestra cómo la telemetría aumenta la vida útil de las bombas de 5 a 8 años y reduce los costos operativos en un 60%, mejorando significativamente la eficiencia y el rendimiento de los equipos en sistemas hídricos.
Reducción de costos operativos: La diferencia en la durabilidad de las bombas tiene un impacto directo en los costos operativos de las organizaciones que administran las redes de agua. Sin telemetría, el mantenimiento preventivo es menos frecuente y las reparaciones suelen ser reactivas, lo que incrementa considerablemente los gastos. En redes que no utilizan telemetría, los costos de mantenimiento correctivo pueden ser hasta un 50% más altos, ya que los problemas se detectan solo cuando las fallas se vuelven visibles o afectan el suministro de agua. En contraste, la telemetría permite una gestión más eficiente y económica de los recursos hídricos. Al proporcionar datos precisos sobre el estado de las bombas y la red, las APR y otras organizaciones pueden planificar el mantenimiento de manera proactiva, reduciendo los costos de reparaciones inesperadas. En muchos casos, el ahorro en costos operativos puede alcanzar el 50%, ya que los equipos funcionan de manera más eficiente y las intervenciones se realizan solo cuando es necesario, optimizando el uso de los recursos.
La telemetría no solo representa una herramienta clave para la detección temprana de fallos y la gestión eficiente de las redes hídricas, sino que también ofrece un impacto cuantificable en la reducción de costos operativos y en la disminución del mantenimiento correctivo. Al permitir que los operadores realicen monitoreos continuos y planifiquen el mantenimiento preventivo, se logra una gestión más proactiva y sostenible, lo que prolonga la vida útil de los equipos y reduce la frecuencia de reparaciones costosas. En resumen, la telemetría transforma los sistemas de agua rurales en infraestructuras más eficientes, rentables y seguras, con ahorros tangibles que benefician tanto a las organizaciones como a las comunidades que dependen de estos servicios.
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Telemetría para la reducción de pérdidas de agua y control de fugas
La telemetría ha revolucionado la forma en que las organizaciones encargadas de la gestión de recursos hídricos, como las APR, administran sus sistemas de distribución de agua en zonas rurales. Tradicionalmente, la falta de monitoreo en tiempo real y la dependencia de inspecciones manuales hacían que las fugas de agua y las ineficiencias operativas fueran difíciles de detectar y corregir de manera oportuna. Sin telemetría, el control sobre puntos clave de la red, como las copas de agua, los pozos y las bombas de propulsión, se limita a lo que los operadores pueden observar durante las revisiones de rutina. Esto genera no solo pérdidas de agua, sino también un desgaste acelerado de los equipos, lo que aumenta la frecuencia de mantenimientos correctivos y los costos operativos. En redes sin sensorización, las fugas pueden pasar desapercibidas durante largos periodos, resultando en pérdidas diarias que pueden alcanzar los 10,000 litros, lo que equivale a más de 3.65 millones de litros anuales de agua desperdiciada. Este desperdicio de recursos no solo afecta el suministro de agua para las comunidades, sino que también eleva los costos operativos y pone presión adicional sobre la infraestructura, particularmente en zonas rurales donde los recursos son más limitados.
En sistemas sin telemetría, las copas de agua, que actúan como puntos de almacenamiento clave, pueden sufrir filtraciones que pasan desapercibidas hasta que el volumen de agua perdido es considerable. Esto también afecta a los pozos, los cuales son la fuente principal de extracción de agua. Estos pozos dependen de un equilibrio adecuado de presión y flujo para funcionar eficientemente, pero sin una monitorización constante, las variaciones en estos factores pueden indicar problemas no detectados, como fugas subterráneas o caídas en el rendimiento del pozo. Además, las bombas de propulsión, encargadas de extraer y distribuir el agua desde los pozos, también enfrentan mayores riesgos de desgaste y fallos cuando no se cuenta con telemetría. La falta de control sobre el encendido y apagado de estas bombas puede llevar a su activación innecesaria, lo que incrementa el riesgo de fallos prematuros y pérdidas de agua debido a la sobrepresión o a problemas en las válvulas y cañerías.
Con la implementación de telemetría, se logra un monitoreo continuo en cada uno de estos puntos críticos, lo que permite a los operadores obtener una visión integral del estado del sistema en tiempo real. En las copas de agua, los sensores de nivel miden continuamente el volumen almacenado, asegurándose de que las bombas de propulsión solo se activen cuando sea necesario, evitando el desbordamiento o el uso innecesario de los equipos. Este control preciso también se extiende a los pozos, donde los sensores de flujo y presión detectan cualquier anomalía en el caudal, lo que permite identificar y corregir problemas antes de que se conviertan en averías mayores. La telemetría reduce las pérdidas de agua en más del 95%, limitando las fugas a menos de 500 litros por día, una mejora significativa que se traduce en un uso mucho más eficiente del agua, un recurso valioso y limitado en zonas rurales.
En lo que respecta a las bombas de propulsión, el uso de sensores permite un control automatizado que asegura que las bombas solo funcionen cuando los niveles en las copas o la presión en la red lo demanden. Esto no solo optimiza el uso de energía, sino que también prolonga la vida útil de las bombas, reduciendo el desgaste y minimizando la necesidad de reparaciones costosas. Si bien sin telemetría las bombas suelen necesitar mantenimiento cada 3 años, con la incorporación de sensores que regulan su actividad, la vida útil de las bombas puede extenderse hasta 8 años, lo que supone una reducción significativa en los costos de operación y mantenimiento. Además, las bombas están protegidas contra el funcionamiento en condiciones de sobrepresión o bajo rendimiento, ya que los sensores permiten apagar automáticamente el sistema cuando detectan un problema, evitando daños mayores que podrían afectar tanto a la infraestructura como a la eficiencia del suministro de agua.
Impactos cuantitativos clave de la telemetría en copas y pozos de agua:
Reducción de las pérdidas de agua en más del 95%, limitando las fugas a 500 litros por día, frente a los 10,000 litros diarios en sistemas sin telemetría.
Incremento de la vida útil de las bombas de propulsión en un 60%, extendiéndose de 5 años a 8 años gracias a la automatización del encendido y apagado.
Reducción de los costos de mantenimiento en un 40%, al permitir un mantenimiento preventivo en lugar de correctivo.
Menor consumo energético en las bombas debido a la optimización de su uso, lo que implica una reducción adicional de los costos operativos.
Reducción de intervenciones correctivas, ya que las fallas se detectan de manera temprana, permitiendo una planificación más eficiente del mantenimiento y la reparación.
Este gráfico compara la pérdida de agua diaria en sistemas de distribución de agua con y sin telemetría. En sistemas sin telemetría, las fugas pueden resultar en la pérdida de hasta 10,000 litros de agua por día, como se muestra en la barra amarilla. En cambio, en sistemas que utilizan telemetría (barra verde), las pérdidas de agua se reducen drásticamente a menos de 500 litros diarios, una disminución de más del 95%.
La capacidad de monitorear continuamente las copas de agua, los pozos y las bombas de propulsión no solo optimiza la operación del sistema, sino que también facilita un enfoque más proactivo en cuanto al mantenimiento y la reparación de equipos. En lugar de depender de intervenciones correctivas que surgen solo cuando ya ha ocurrido un problema, la telemetría permite a los operadores detectar y abordar problemas de manera preventiva, lo que reduce la necesidad de reparaciones de emergencia y extiende la vida útil de los equipos. En muchos casos, la implementación de telemetría ha resultado en una reducción del 40% en los costos de mantenimiento, ya que los operadores pueden planificar las intervenciones con base en los datos obtenidos en tiempo real, lo que no solo disminuye los costos, sino que también mejora la eficiencia general del sistema. Esto, a su vez, garantiza un suministro de agua más fiable y sostenible para las comunidades rurales que dependen de estas infraestructuras.
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Reducción de traslados a terreno y monitoreo remoto a través de telemetría
Uno de los avances más significativos que la telemetría ha traído a la gestión de redes hídricas es la capacidad de monitorear las infraestructuras de agua de manera remota, utilizando dispositivos como el celular u otras plataformas digitales. Esta tecnología permite a los operadores acceder en tiempo real al estado de los pozos, copas de agua y bombas de propulsión sin la necesidad de desplazarse a terreno para realizar inspecciones manuales. Este cambio en la forma de trabajar no solo reduce los costos operativos, sino que también mejora la eficiencia de las organizaciones como las APR, que se encargan de gestionar el suministro de agua en zonas rurales.
Kilometraje de vehículos sin telemetría: En un sistema sin telemetría, los operadores deben realizar largos desplazamientos diarios para monitorear el estado de los pozos, bombas y copas de agua. Sin la capacidad de verificar el sistema de forma remota, los vehículos recorren en promedio unos 200 kilómetros al día. Esto equivale a 73,000 kilómetros anuales, lo que genera un desgaste acelerado de los vehículos y eleva significativamente los costos de mantenimiento, combustible y repuestos. Además, los operadores suelen trabajar en zonas rurales con terrenos difíciles, lo que agrava aún más el desgaste de los vehículos y aumenta la frecuencia de reparaciones. Para las APR, que operan con presupuestos ajustados y un número limitado de vehículos, esta dependencia de las inspecciones manuales puede ser un problema considerable. Cualquier avería o mantenimiento prolongado de los vehículos afecta directamente la capacidad de la organización para gestionar la red de agua de manera eficiente. Este desgaste continuo no solo aumenta los costos operativos, sino que también disminuye la capacidad de los operadores para responder rápidamente a problemas críticos, como fugas o fallos en las bombas.
Kilometraje de vehículos con telemetría y monitoreo remoto: Con la implementación de telemetría, los operadores pueden monitorear el estado de las redes hídricas a través de dispositivos móviles como teléfonos celulares o tablets, lo que elimina la necesidad de desplazamientos diarios para inspeccionar manualmente las instalaciones. Los sensores instalados en pozos, copas y redes envían información en tiempo real a una plataforma centralizada, permitiendo que los operadores controlen el sistema desde cualquier ubicación. Esto reduce el kilometraje diario de los vehículos a solo 50 kilómetros, o 18,250 kilómetros anuales, lo que supone una reducción del 75% en el uso de vehículos para inspecciones.
Al poder acceder a información clave desde sus dispositivos móviles, los operadores solo necesitan desplazarse en caso de que se detecte un problema que requiera intervención física. Esto no solo optimiza el uso de los vehículos, sino que también permite que los operadores se enfoquen en tareas más críticas y urgentes, en lugar de perder tiempo en inspecciones rutinarias que ahora se pueden realizar de manera remota. La reducción del desgaste de los vehículos, junto con la disminución del consumo de combustible, también contribuye a un menor impacto ambiental y un ahorro económico significativo para las APR.
Optimización del tiempo de los operadores mediante telemetría: El monitoreo remoto no solo reduce la necesidad de traslados a terreno, sino que también optimiza el tiempo de los operadores, permitiéndoles enfocarse en tareas de mayor valor. En un sistema sin telemetría, los operadores suelen dedicar el 70% de su jornada a realizar inspecciones físicas, lo que deja poco margen para reparaciones o mantenimientos preventivos. En contraste, con telemetría, el tiempo dedicado a inspecciones se reduce a menos del 20%, ya que la mayoría de los problemas se pueden detectar y gestionar a través de dispositivos móviles en tiempo real. Esto permite que los operadores dediquen el 50% de su tiempo a tareas más importantes, como la reparación de infraestructuras o el mantenimiento preventivo, lo que mejora significativamente la eficiencia operativa.
Reducción de costos operativos y desgaste de vehículos: La reducción en el uso de vehículos, sumada al monitoreo remoto, se traduce en una disminución notable de los costos operativos. Con menos desplazamientos, los costos de mantenimiento de vehículos y de combustible se reducen hasta en un 30% anual. Además, al prolongarse la vida útil de los vehículos debido a un menor desgaste, las APR pueden ahorrar en la compra de nuevos vehículos y repuestos. La telemetría, al permitir que los operadores controlen el sistema de forma remota, no solo optimiza los recursos disponibles, sino que también facilita una operación más sostenible, con menor impacto ambiental y una mayor eficiencia operativa.
Puntos clave del monitoreo remoto mediante telemetría:
Monitoreo en tiempo real a través de dispositivos móviles como celulares y tablets, eliminando la necesidad de inspecciones físicas constantes.
Reducción del kilometraje de los vehículos en un 75%, pasando de 73,000 km anuales a 18,250 km.
Reducción de los costos de mantenimiento de vehículos en un 30% gracias a la disminución del desgaste y las reparaciones.
Optimización del tiempo de los operadores, reduciendo el tiempo dedicado a inspecciones del 70% al 20% de su jornada laboral.
Aumento del tiempo disponible para tareas críticas, como reparaciones y mantenimiento preventivo, mejorando la eficiencia operativa.
Disminución del consumo de combustible y reducción de la huella de carbono, contribuyendo a una operación más sostenible.
El uso de telemetría no solo transforma la manera en que las APR gestionan sus redes hídricas, sino que también mejora la eficiencia operativa al permitir un monitoreo en tiempo real desde dispositivos móviles. Con la reducción de los traslados a terreno, los operadores pueden concentrarse en tareas más importantes, mientras que los vehículos sufren menos desgaste y los costos operativos disminuyen. La capacidad de controlar el sistema desde cualquier lugar asegura que los problemas se detecten y resuelvan de manera oportuna, lo que mejora la sostenibilidad y confiabilidad del suministro de agua para las comunidades rurales.
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Telemetría y su impacto en las personas: comunidades y operadores
La implementación de telemetría en las redes hídricas no solo transforma la eficiencia operativa, sino que también tiene un impacto profundo en las personas que interactúan con el sistema: las comunidades que dependen de un suministro confiable de agua y los operadores encargados de su mantenimiento. La telemetría no solo mejora la gestión del agua, sino que también genera un efecto social positivo al reducir los conflictos con las comunidades y garantizar un entorno de trabajo más seguro para los operadores. A continuación, exploramos cómo la tecnología de telemetría puede transformar la relación entre las personas y los sistemas hídricos.
Mejora en la relación con las comunidades: Para las comunidades rurales, la estabilidad y confiabilidad del suministro de agua es crucial para su bienestar. En redes sin telemetría, las fallas en el sistema pueden pasar desapercibidas hasta que afectan directamente el suministro de agua, lo que genera descontento, quejas y tensiones entre las comunidades y las APR. La falta de información y transparencia agrava estos conflictos, ya que los usuarios a menudo no reciben actualizaciones sobre las reparaciones o las interrupciones del servicio.
La telemetría cambia radicalmente esta dinámica. Al monitorear las redes de agua en tiempo real, las APR pueden detectar problemas antes de que afecten a los usuarios, lo que reduce significativamente las interrupciones del suministro y las quejas por parte de las comunidades. Las estadísticas muestran que en redes sin telemetría, hasta un 25% de las quejas están relacionadas con la interrupción del servicio de agua, mientras que en redes sensorizadas, estas quejas disminuyen en un 70%. Además, la capacidad de proporcionar información actualizada sobre el estado del sistema refuerza la transparencia y la confianza de las comunidades en las APR, lo que reduce los conflictos en un 40%.
Seguridad y bienestar de los operadores: Mientras que las comunidades se benefician de un servicio más estable, los operadores de las APR también experimentan una mejora significativa en su entorno laboral gracias a la telemetría. En redes sin telemetría, los operadores deben realizar inspecciones manuales frecuentes, lo que implica desplazamientos largos y peligrosos a través de terrenos difíciles. Esto no solo expone a los operadores a riesgos físicos, como accidentes vehiculares o lesiones por caídas, sino que también genera una mayor carga de trabajo físico y estrés.
La telemetría reduce drásticamente la necesidad de estos desplazamientos, ya que los operadores pueden monitorear el estado del sistema de forma remota, a través de dispositivos móviles como celulares o tablets. Esto disminuye la exposición a riesgos laborales y reduce el número de accidentes en un 50%. Al eliminar la necesidad de desplazamientos constantes, los operadores pueden dedicar más tiempo a tareas preventivas y críticas, lo que mejora su satisfacción laboral y reduce el desgaste físico y mental.
Un impacto social positivo: La telemetría, al mejorar tanto la relación con las comunidades como la seguridad de los operadores, genera un impacto social positivo en todos los niveles. Para las comunidades, un sistema de agua que funciona sin interrupciones y con transparencia es esencial para su bienestar diario. Saber que el sistema es monitoreado y gestionado de manera proactiva aumenta la confianza en las APR, reduciendo tensiones y mejorando la comunicación entre las organizaciones y los usuarios. Por otro lado, para los operadores, la telemetría significa menos estrés, menos riesgo y un entorno de trabajo más seguro, lo que resulta en una mayor satisfacción y un trabajo más eficiente.
La telemetría no solo es una herramienta tecnológica avanzada para mejorar la eficiencia de las redes hídricas, sino que también tiene un impacto significativo en las personas. Al mejorar la relación entre las APR y las comunidades, reduciendo los conflictos y aumentando la transparencia, y al garantizar un entorno de trabajo más seguro para los operadores, la telemetría genera un beneficio social integral. Esta combinación de ventajas operativas y humanas convierte a la telemetría en una solución esencial para un manejo sostenible y eficiente del recurso más vital: el agua.
Este gráfico muestra el impacto social de la telemetría en dos áreas clave: quejas comunitarias y accidentes laborales. En sistemas sin telemetría, el 25% de las quejas de las comunidades están relacionadas con problemas en el suministro de agua, mientras que con telemetría este porcentaje se reduce al 7%. Asimismo, los accidentes laborales disminuyen del 50% al 25% al implementar telemetría, ya que los operadores no necesitan realizar tantos desplazamientos a terreno gracias al monitoreo remoto.
Telemetría en Acción
La implementación de telemetría en las redes de agua ha demostrado ser una solución integral para los desafíos que enfrentan las organizaciones como las APR, encargadas de abastecer a las zonas rurales. A lo largo de este blog, hemos analizado cómo la sensorización progresiva y la automatización no solo optimizan el funcionamiento de los equipos, sino que también reducen significativamente los costos operativos, mejoran la seguridad de los operadores y garantizan una gestión más eficiente de los recursos.
La durabilidad de las bombas de impulsión aumenta hasta un 60% con telemetría, los costos de mantenimiento correctivo se reducen en un 50%, y las pérdidas de agua se minimizan en más del 95% gracias a la detección temprana de fugas. Además, el tiempo que los operadores dedican a inspecciones rutinarias disminuye drásticamente, permitiéndoles enfocarse en tareas de mayor valor como las reparaciones, mientras que el kilometraje de los vehículos utilizados para estas inspecciones se reduce en un 75%. La reducción del desgaste de los vehículos y la optimización del tiempo no solo mejora la eficiencia, sino que también reduce los riesgos laborales. La seguridad laboral mejora sustancialmente, con una reducción del 50% en los accidentes laborales y un 40% menos de licencias médicas, lo que tiene un impacto positivo tanto en el bienestar de los operadores como en los costos de gestión de personal.
La telemetría no solo facilita una gestión más sostenible de los recursos hídricos, sino que también transforma la manera en que las APR y otras organizaciones gestionan sus redes y equipos. La tecnología permite a los operadores maximizar su tiempo, intervenir de manera más eficiente y segura, y garantizar un suministro de agua continuo y de alta calidad para las comunidades rurales. La tecnología que Snap implementa permite a los operadores maximizar su tiempo, intervenir de manera más eficiente y segura, y garantizar un suministro de agua continuo y de alta calidad para las comunidades rurales.
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